jueves, 5 de agosto de 2010

Una sociedad enajenada (y el papel de los medios de comunicación)

*Harold Soberanis
En la actualidad es innegable el papel que juegan los medios de comunicación en la configuración y percepción del mundo. A raíz del desarrollo imparable de la tecnología, se han creado una serie de formas de comunicación que prácticamente hacen cada vez más pequeño el mundo. Hoy podemos intercambiar información, ideas o conversar con alguien que está del otro lado del mundo, en el mismo instante que lo deseemos. Hasta quienes desconfían del progreso y sus productos no pueden abstraerse a estos avances tecnológicos.

Ahora bien, a pesar de todos estos adelantos cabe preguntarse si la humanidad, si el hombre concreto de carne y hueso, ha avanzado al mismo nivel que sus inventos. ¿Somos más humanos hoy que antes? Aunque como señalaba arriba, las formas de comunicarse hoy día son tan variadas, ¿realmente nos “comunicamos” más? La percepción que tengo es que sucede precisamente todo lo contrario. Hoy, estamos más aislados, más desconectados, más solos que nunca. Esto significa que a pesar del desarrollo tecnológico seguimos, en términos generales, viviendo en la prehistoria. Claro, hay quienes son más trogloditas que otros. En el caso de Guatemala, aún existen dinosaurios: basta ver nuestra fauna política o empresarial para darnos cuenta de esta verdad.

Desde hace algunos años, Noam Chomsky ha abordado el tema del papel que los medios de comunicación juegan en sociedades capitalistas o pre capitalistas. Como sabemos, el capitalismo basa un buen porcentaje de su “éxito” en exacerbar el consumo de los seres humanos, elevándolo a “consumismo”. Consumir es algo natural del ser humano; el consumismo es una forma degenerada de algo que es necesario para la vida. El consumismo, pues, le conviene a un sistema económico perverso que enajena a los hombres. Y en este proceso de enajenación desarrollan una función importante los medios de comunicación de cualquier índole.

A través del bombardeo continuo que los medios hacen sobre los individuos a fin de que cada vez consuman más, se ha llegado a la idea de que el ser humano vale por lo que tiene y no por lo que es o sabe. Se han trastocado los valores haciéndonos creer que lo importante es el éxito, sobre todo económico, sin importar los medios. Recuerdo una frase de Camus que dice “el éxito es fácil alcanzarlo; lo difícil es merecerlo”. Muchos que se consideran exitosos no reparan en esto que afirma Camus, pues lo único que les interesa es que los demás los admiren por el éxito que gozan. En este proceso degenerativo de los seres humanos juegan, como mencione más arriba, un papel preponderante los medios de comunicación que nos hacen creer en un mundo donde lo importante es la marca del auto que usamos, la ropa de marca que compramos o el celular último modelo que tenemos. Si a todo este bombardeo publicitario agregamos que quienes lo reciben son personas sin mayor criterio ni formación y que consideran todo lo que escuchan como verdades incuestionables, es fácil explicarnos porque estamos como estamos.

Quizá donde más se evidencie esta manipulación que los medios de comunicación ejercen sobre la mayoría de la sociedad, sea en la cuestión política. Condenamos al político X o exaltamos al político Y a partir de lo que los medios nos hacen creer. Que si este ex presidente es un ladrón y aquél un ciudadano ejemplar; que si ese empresario es digno de respeto y el otro de la condena más profunda. Todo esto lo hacemos a partir de lo que dichos medios nos hacen creer y que es lo que conviene a los poderes económicos que están detrás de ellos. Los “dueños” de los medios de comunicación tienen su propia agenda y ésta, obviamente, no coincide con los intereses de la sociedad sino con los de quienes pagan sus salarios.

¿Se puede hablar de una prensa independiente? ¿Podemos hablar de una prensa objetiva? Creo que no. La opinión pública opina lo que los señores feudales de este país quieren que pensemos y utilizan a los diferentes medios de comunicación para hacernos creer que la realidad es como ellos dicen que es y lo cual les conviene a sus intereses particulares.

Ante una realidad así, creo que el papel de los intelectuales es el de la denuncia. Uno de los imperativos morales del intelectual es, siguiendo lo afirmado por Mario Bunge, el aprecio y defensa de la verdad. Los intelectuales tienen la obligación moral de revelar la verdadera realidad y denunciar a los poderes fácticos que nos engañan con los mismos espejitos de antes.

*Profesor titular, Departamento de Filosofía, Facultad de Humanidades, USAC.

2 comentarios:

daniel Loayza Herrera dijo...

Estimado Doctor Harold: Me ha gustado mucho su articulo. Quien le escribe es Daniel Loayza Herrera, historiador y Docente. Al igual que usted tengo un blog donde publico articulos y ensayos sobre cuestiones intelectuales y teóricas. Lo invito cordialmete, al igual que sus lectores a que visiten mi blog: http://lapaginadedanielloayzaherrera.blogspot.com/

Harold dijo...

Estimado Daniel: agradezco sus palabras y espero que sigamos compartiendo sueños y esperanzas por hacer de este mundo un mejor lugar. Saludos cordiales.